Huellas de Mujer

En el s. XVIII el rey Fernando VI decretó la detención, persecución, expulsión y tortura del Pueblo Gitano en diferentes ciudades españolas. Las familias fueron separadas, los hombres fueron enviados a trabajos forzados en los arsenales y las mujeres y los niños a cárceles y fábricas.

La Gran Redada, conocida oficialmente como Prisión general, fue el intento de exterminio de la comunidad romaní que vivían en España. El proyecto, ideado y dirigido por el marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, consistía en evitar que naciesen más niñ@s gitanos y conseguir así su extinción, eliminando incluso el asilo en sagrado al que se acogían refugiándose en las iglesias, así lo decidió el cardenal Valentí, nuncio en España, quien consiguió que en abril de 1748 el papa Benedicto XIV concediera la extracción del sagrado. Inmediatamente el Consejo de Castilla, a propuesta de Ensenada, acordó el arresto masivo de la comunidad gitana para «sacarlos de España y enviarlos divididos en corto número a las provincias de América de remeros a fábricas y minas, esclavizados ».

La resiliencia del Pueblo Gitano marco el fracaso de este intento de genocidio, sobrevivió al hacinamiento, deportaciones, encarcelamiento, esterilizaciones…. Continuamente escapaban de los arsenales y casas de misericordia, para reunirse con la familia. Las mujeres se organizaban y se enfrentaban a los guardias, la comunidad gitana se negaban a ser instrumentalizados para la guerra y el esclavismo se resistió más de media millar murieron, pero la vida se abrió camino. El pueblo gitano es ejemplo de pueblo de paz que nunca tomó las armas se revelo, se cuidaron un@s a otr@s y dejaron un legado de estrategias de supervivencia, resiliencia, protección y amor a la familia y a la comunidad que continua en la actualidad.